La violencia entre iguales y filioparental en la adolescenciaun análisis psicosocial
- ROMERO ABRIO, ANA
- Gonzalo Musitu Ochoa Director/a
- María Elena Villarreal González Codirector/a
Universidad de defensa: Universidad Pablo de Olavide
Fecha de defensa: 18 de octubre de 2019
- María Jesús Cava Caballero Presidente/a
- Sofía Buelga Vázquez Secretario/a
- María Teresa Terrón-Caro Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La violencia en la adolescencia es una de las problemáticas sociales más preocupantes en el mundo en países como España y México los índices de violencia se incrementan cada año y crece la preocupación por intervenir para su prevención y erradicación. El objetivo general de la tesis doctoral fue analizar la violencia entre iguales, el cyberbullying y la violencia filioparental (VFP) desde una perspectiva psicosocial, en adolescentes escolarizados. La tesis se presenta como un compendio de publicaciones, con un total de seis estudios, publicados en revistas nacionales e internacionales de impacto. Se utilizaron dos muestras, una de Andalucía (España), con un total de 2399 adolescentes con edades comprendidas entre los 12 y los 18 años, y otra muestra del Estado de Nuevo León (México), de 8115 adolescentes, cuyas edades oscilaban entre los 11 y los 16 años. Los resultados obtenidos en el conjunto de estudios que conforman esta tesis doctoral ponen de manifiesto la importancia de determinadas variables psicosociales, individuales, familiares, sociales y comunitarias, como factores de riesgo y protección de la conducta violenta en la adolescencia. Respecto de la violencia manifiesta, la implicación y participación comunitarias parecen desempeñar una doble función: por un lado, potencia los sentimientos de competencia social (Cohen et al. 2000), y, por otro, estimula el desarrollo de nuevas relaciones sociales de carácter informal, ampliando así la red social del adolescente (Herrero y Gracia, 2004). Ambas funciones convergen en una mayor autoestima social del adolescente, un aspecto íntimamente relacionado con la satisfacción con la vida (Palomar y Lanzagorta, 2005; Smetana et al., 2006) y con el capital social, definido como los beneficios que recibe el individuo de sus relaciones sociales (Lin, 1999). Los adolescentes pueden asumir un papel activo en la generación de capital social de las familias y de otros iguales a través de la participación comunitaria (Offer y Scheneider, 2007). Por tanto, es destacable la relevancia de la participación e implicación comunitarias en la violencia escolar manifiesta y en el ajuste psicosocial del adolescente, evaluado a través de los siguientes indicadores: autoestima, satisfacción con la vida, soledad y violencia escolar manifiesta. En particular, cabe destacar la importancia de la implicación en la comunidad en el ajuste psicosocial, probablemente porque se muestra más permeable a los recursos de la comunidad como escenario de socialización. También, se subraya la que los aspectos afectivos y subjetivos son igualmente importantes, frente a componentes de tipo conductual en el ajuste psicosocial. En relación con la violencia relacional, un aspecto relevante es que los adolescentes utilizan la violencia relacional con los mismos fines que la violencia manifiesta, y es para obtener una mayor aceptación entre sus iguales y mayor reputación social. Aunque, huelga decir, que son medidas disfuncionales, pero que, parece ser que en el mundo de algunos adolescentes es operativo y funcional. Esta no es una cuestión baladí, de hecho, se debe subrayar en los centros educativos y en los planes de formación a padres, en el sentido de que no se debe minimizar las expresiones de violencia relacional por sus efectos negativos en las víctimas y porque son una expresión de problemas de ajuste psicosocial. Este es un aspecto que nos parece muy relevante por la poca atención científica que ha recibido. Se han analizado importantes variables predictoras de la violencia relacional, entre las cuales, la reputación social es la que más influye en este tipo de violencia. Teniendo en cuenta que la reputación es un proceso continuo de percepción-valoración del grupo de iguales sobre el individuo (Moreno, Neves, Murgui, & Martínez, 2012), y que la violencia relacional implica conductas como la manipulación de la amistad y la exclusión, es plausible pensar que los adolescentes mejor valorados por sus compañeros pueden encontrarse en una mejor posición social para utilizar la violencia relacional para ganar estatus que aquellos que son rechazados (Ettekal & Ladd, 2015). Respecto de las variables variables familiares que se relacionan con la violencia relacional, en estudios previos se ha constatado que los problemas comunicativos entre padres/madres e hijos pueden suponer un factor determinante en el inicio de comportamientos violentos de los adolescentes (Varela-Garay, Ávila, & Martínez- Ferrer, 2013). Por tanto, una comunicación caracterizada por ofensas, falta de respeto y pobre empatía entre madre e hijos podría estar también relacionada con el malestar psicológico de los adolescentes, lo que, a su vez, incrementaría el riesgo de que estos utilicen con mayor frecuencia la violencia relacional. Este resultado es interesante en la medida en que apunta al hecho de que existen diferencias culturales respecto del protagonismo de padres y madres en la educación de los hijos y, obviamente, en la violencia relacional. Además, en nuestra investigación no se han obtenido diferencias entre chicos y chicas en violencia relacional, y además, que ésta es más frecuente en la adolescencia temprana que en la media y tardía, probablemente porque tenga relación con deseo de aceptación e inclusión en el grupo de iguales que en este periodo tiene connotaciones especiales y, en ocasiones, con tintes dramáticos, lo cual coincide con la construcción de los cimientos de la identidad social, tan importante y necesaria en este periodo evolutivo. En suma, se constata que la violencia relacional tiene serias consecuencias para el ajuste de los adolescentes, las mismas que la violencia manifiesta, pero que es más difícil de detectar y de prevenir al tratarse de una conducta más sutil y menos visible. Respecto del cyberbullying, en los estudios sobre este tipo de violencia se pone de manifiesto también la importancia de un contexto familiar que favorezca el ajuste del adolescente y sea un factor de protección de las conductas de cyberbullying y cibervictimización. El funcionamiento familiar y la comunicación entre padres e hijos son los pilares fundamentales donde se apoya el adolescente y que contribuye a su desarrollo afectivo y emocional. Asimismo, se aportan resultados interesantes y valiosos respecto de la relación del cyberbullying con las variables emocionales de malestar psicológico, así como el papel fundamental que ejerce la familia en la potenciación de recursos, como el autoconcepto, que tienen un efecto protector en la interacción del adolescente con sus iguales en la escuela y en las redes sociales virtuales. Es importante señalar la variable uso problemático de las redes sociales virtuales, UPRSV, novedosa y relevante en nuestros resultados. Cada vez es más alta la prevalencia de esta variable en la población en general, y en particular en los adolescentes. La facilidad para estar permanentemente conectado a la red y a las plataformas de socialización virtual incrementa la probabilidad de que los adolescentes sean adictos a las redes sociales virtuales, en detrimento de la calidad de las relaciones interpersonales cara a cara. Además, es necesario tomar conciencia de que el UPRSV es un factor de riego del cyberbullying, lo que sería interesante analizar en futuros trabajos. En el estudio en el que se analiza la VFP se evidencia la importancia de los estilos parentales de socialización en el ajuste psicosocial del adolescente, en particular, su relación con este tipo de violencia. También el UPRSV es una variable que está relacionada con comportamientos violentos en la adolescencia, tanto on-line como off-line. Es interesante este dato, puesto que en relación a la VFP se ha constatado en nuestro trabajo que se incrementa la violencia de hijos a padres cuando esta variable UPRSV está presente, sin embargo, influyen otras variables en el ajuste, como la actitud y la alexitimia. En este sentido, y en relación con el punto anterior, sería interesante trabajar más en la intervención con familias, en general para el desarrollo de un buen ajuste adolescente. De nuevo se pone de manifiesto el UPRSV como factor influyente en la VFP. Las variables individuales tienen también un papel relevante en estas relaciones, como por ejemplo la alexitimia, factor que se refiere a la gestión de las emociones, y que esta estrechamente relacionado con los estilos parentales caracterizados por dar escaso afecto y cariño hacia los hijos, como el estilo autoritario y el estilo indulgente.